martes, 6 de enero de 2015

El Día Después: TV Movie Completa

Caras de tristeza, una situación inesperada. Juan Cuesta acababa de comentarles a sus vecinos que el edificio estaba con termitas y que tenían que abandonarlo. Todos le vendieron su piso a Rafael y comenzaron a sacar sus cosas. Una vez sacadas todas las cosas, Mauri comenzó a decir que igual lo de que el edificio tenía termitas era mentira.


Emilio, Juan, Marisa, Coque, Mariano y Mauri desafiaron a los del ayuntamiento y subieron al 1ºB a decir que iban a abrir una investigación para saber la verdad sobre el edificio. En ese momento Rafael no tuvo más remedio que confesar, por miedo, que lo de las termitas era mentira, que todo había sido cosa suya para poder conseguir los pisos.


En ese momento, Isabel y Belén se abalanzaron sobre Rafael para conseguir los contratos de venta y los rompieron. Todos los vecinos le tiraron el cheque a la cara. Rafael se fue fatal tras ver que su plan había fracasado. Maria Jesús estaba algo decepcionada con Rafael, pero decidió acompañarle para que le diese una explicación. Los vecinos estaban muy contentos, ya que habían recuperado sus casas.


Estaban todos contentos, menos Higinio, por no volver a subir todas las cosas arriba. Ahora, Mariano no sabía si irse con Leonor a Marbella. Los vecinos organizaron una gran fiesta en casa de Mauri para celebrar que el edificio no se iba a caer y que ellos iban a continuar en el edificio. Al día siguiente, la mayoría se despertó con resaca, era el día después…


Emilio se despertó en la puerta del cuarto de contadores con una resaca del quince.


-Madre mía qué resaca-dijo Emilio-, ¡y cómo está el portal! Bueno, yo digo que han sido unos que han hecho botellón, si nadie se acordará de lo que ha pasado. ¡Papá tómate el kigüi…¿Papá?


Belén se había despertado pero estaba algo triste: Ana y Bea se habían ido al piso que se habían comprado en las afueras. Estaba triste, a pesar de que el juez la había dado como insolvente en el caso de la estafa al seguro. En ese momento llamaron al timbre: era Emilio.


-Emilio, ¿qué quieres?-dijo Belén-, ya te dije que no quería volver a verte salvo cuando nos divorciemos.


-Ya sé lo que me dijiste-dijo Emilio-, pero es que estoy muy mal: mi padre finalmente se ha ido a vivir a Marbella con Leonor.


-Lo siento mucho-dijo Belén-, pasa.


Los dos se sentaron en el sofá del salón.


-Yo también estoy triste-dijo Belén-, Ana y Bea se han ido. Me siento sola.


-No estás sola-dijo Emilio-, me tienes a mí.


-No me ralles la cabeza-dijo Belén-, ya te dije que no me iba a quedar ni contigo ni con Paco.


-Belén-dijo Emilio-, no puedo vivir sin ti, ahora que los dos estamos solos.


En ese momento Belén y Emilio se besaron. Paco estaba dolido tras el rechazo de Belén, pero al menos tenía el consuelo de que también había rechazado a Emilio, a pesar de que volvían a ser amigos.


Marisa, Concha y Vicenta tenían un problema: los del hotel de Benidorm las dijeron que no se podía anular la reserva, y que tenían que pagar el primer mes. Marisa y Vicenta le pidieron a Concha que lo pagase ella del dinero de debajo del colchón.


Mauri y Fernando estaban felices de haberse podido quedar en el edificio, pero no dejaban de pensar en lo lejos que ahora iban a estar Ana y Bea, y sobre todo, Ezequiel.


Juan colgaba en ese momento el teléfono. Había recibido una llamada de Natalia desde Cuba, donde estaba con Yago. Isabel se despertaba tras haberse pasado toda la noche en vela, no por la fiesta, si no por la niña. Josemi estaba contento de haberse quedado en el edificio, ya que ahora podría volver a intentar algo con Candela.


Maria Jesús había decidido romper con Rafael, ya que era un hombre que tenía maldad sobre la gente, y eso no le gustaba. En ese momento entraba en el 3ºB y descubría a Belén y Emilio acostándose. Rafael fue al edificio a colgar el cartel de “se vende” en el 3ºA. Él y Maria Jesús no se dijeron ni hola.


Maria Jesús fue como loca al 2ºB a comentarle a Mamen lo de Belén y Emilio. La noticia se corrió tan rápido hasta que se enteró Paco, que subió como loco al 3ºB y comenzó a pelearse con Emilio medio desnudo.


-¡Como la guerra de chicas en el barro!-comentaba Marisa en la casa.
-¡Chicos parad por favor!-dijo Belén.


-¡Eres una zorra!-dijo Paco-, ¡dijiste que no ibas a elegir a ninguno de los dos!


-Y lo mantengo Paco-dijo Belén-, no sé lo que me ha pasado.


-Nunca sabes lo que te ha pasado con Emilio-dijo Paco-, podéis hacer lo que queráis. A mí ya me da igual.


Todos los vecinos abandonaron la casa en ese momento detrás de Paco.


-Emilio por favor vete-dijo Belén-, necesito estar sola.


Emilio abandonó la casa mientras Belén se tumbó en la cama a pensar. Juan e Isabel estaban contentos por tener la casa con la reforma terminada, pero Yamiley no dejaba de llorar en todo momento.


Emilio estaba en la portería algo triste y mal por lo que había pasado, pero una voz conocida hizo que olvidase eso:


-¡Papá!-dijo Emilio-, ¿pero tú no estabas en Marbella?


-Estaba-dijo Mariano-, me he cansado de tanto mar.


-¿Qué ha pasado?-dijo Emilio.


-Que yo quería una relación abierta-dijo Mariano-, y ella no. Por eso cuando me ha visto con otra, se ha enfadado.


-¡Anda que a quién se le ocurre!-dijo Emilio-, ya verás cuando se entere Mauri.


-¡Mariano!-dijo Mauri entrando en la portería-, ¡le voy a partir la cara!


-¡Quieto Mauri!-dijo Emilio-, ¡no seas agresivo!


-¡¿Pero cómo no quieres que sea agresivo?!-dijo Mauri-, ¡le ha puesto los cuernos a mi madre!


-¡Y ella se los puso a tu padre!-dijo Mariano-, que en paz descanse.


-Ya nos veremos-dijo Mauri abandonando la portería.


-¿Y cómo que has vuelto conmigo?-dijo Emilio-, ¿me echabas de menos?


-Sí hombre-dijo Mariano-, y lloraba… es que dices unas tonterías.


Marisa, Concha y Vicenta pagaron la deuda del hotel de Benidorm mientras cotilleaban el regreso de Mariano. Mauri entraba en casa después de haber tenido una bronca con Mariano.


-No le soporto-dijo Mauri-, este hombre es peor que el demonio.


-Déjale-dijo Fernando-, algún día faltará y le echaremos de menos.


-Sobre todo eso-dijo Mauri-, hay que ver Fernando que para ser mi marido me conoces poco.


En ese momento llamaron al timbre. Mauri abrió la puerta:



-¡¡Bea!!-dijo Mauri.

-¡¿Qué haces aquí?!-dijo Mauri-, ¡¿vuelves?!


-Hola Mauri-dijo Bea-, me alegro de verte, a pesar de que no han pasado ni 24 horas desde que me fui.


-Para mí ha pasado una eternidad-dijo Mauri-, ¿y Ezequiel?


-Está con Ana en casa-dijo Bea-, he venido para verte nada más… para veros.


-Gracias-dijo Fernando.


-Pasa algo-dijo Mauri-, te conozco muy bien Bea.


-La verdad es que sí pasa algo-dijo Bea-, me enteré hace un mes pero no he querido decírtelo.


-¿Qué pasa?-dijo Mauri.


-El ministerio se ha enterado de que soy lesbiana y que tú eres gay-dijo Bea.


-¿Y qué pasa por eso?-dijo Mauri.


-Me han amenazado con quitarme a Ezequiel-dijo Bea.


-¡¿Cómo?!-dijeron Mauri y Fernando.


Belén estaba en un mar de dudas ya que seguía sintiendo algo por Emilio, pero algo le decía que todo volvería a ser como antes. Por ello decidió irse con Alicia, como iba a hacer el día de antes. Sacó su teléfono y la llamó, pero la melodía sonó en el rellano. Belén abrió la puerta y se encontró a Alicia:


-¡Alicia!-dijo Belén-, ¡¿qué haces aquí?!


-¿Cómo que qué hago aquí?-dijo Alicia-, ¿qué haces tú aquí? Se supone que tendrías que estar en Nueva York porque iban a tirar el edificio.


-¡Mierda!-dijo Belén-, se me olvidó llamarte.


-Eso ya lo veo-dijo Alicia-, ¿puedo pasar?


-Claro-dijo Belén.


Las dos se sentaron en el sofá. Belén notaba a Alicia algo cambiada, no solamente físicamente, si no en su comportamiento.


-¿Al final te vienes?-dijo Alicia.


-No lo sé-dijo Belén-, es que tengo dudas.


-Con Emilio-dijo Alicia-, seguro.


-Pues sí-dijo Belén-, no sé si quedarme con él o irme contigo.


-Tú verás-dijo Alicia-, pero yo creo que quedarte aquí es un error, y que debería irte. Yo me tengo que ir, no sea que me pille algún periodista en un barrio como este.


-¿El qué?-dijo Belén.


-Llámame luego para decirme si te vienes o no-dijo Alicia-, el vuelo sale mañana. ¡Adiós!


Alicia salió de la casa. Belén ahora estaba más confundida que nunca, sin saber qué hacer. Alicia abandonaba el portal cuando oyó una voz conocida.


-¡Alicia!-dijo Paco.


-¡Paco!-dijo Alicia-, ¡cuánto tiempo! Sigues igual.


-Tú también-dijo Paco.


-¡Te has vuelto loco!-dijo Alicia-, para nada soy como antes.


-Quería decir que sigues siendo guapa-dijo Paco.


-¡Ah!-dijo Alicia-, eso sin dudarlo. ¿Qué te pasa?


-Estoy intentando olvidarme de Belén-dijo Paco.


-¿Belén?-dijo Alicia-, ¿te has liado con ella?


-Sí-dijo Paco-, después de casarme y divorciarme con otra.


-¡Joder!-dijo Alicia-, anda que no han pasado cosas.


-¿Quieres que te las cuente tomando algo?-dijo Paco.


-Vale-dijo Alicia.


Los dos se fueron a tomar algo mientras en el 1ºB las lágrimas corrían por los rostros de Bea y Mauri.


-No puede ser-dijo Mauri.


-Yo no quiero asumirlo-dijo Bea-, no quiero que me quiten a mi hijo. He venido a veros para ver si sabéis algo que pueda hacer.


-Tú eres la madre biológica-dijo Fernando-, y Mauri el padre biológico. Os aseguro que haré lo que esté en mi mano para que no os quiten a Ezequiel.


-Gracias Fernando-dijo Bea-, eres un gran apoyo.


En ese momento sonó el móvil de Bea: era Ana.


-Dime Ana-dijo Bea-…¡¡¡Qué!!! Voy para allá.


-¡¿Qué ha pasado?!-dijo Mauri.


-Los servicios sociales se han llevado a Ezequiel-dijo Bea.


-No puede ser-dijo Fernando-, hay que ir al ayuntamiento. ¡Vamos!


La tarde había caído sobre la calle Desengaño. Emilio estaba contento de que su padre hubiese regresado, pero no podía dejar de pensar en Belén.


Juan estaba intentando ver la tele con Isabel cuando apareció alguien conocido por la puerta.


-¡Natalia!-dijo Juan.



En ese momento alguien abrió con una llave la puerta del 3ºA y encendió la luz. Marisa, Concha y Vicenta decidieron ir al lugar donde se habían enterrado las cenizas de Paloma para rezar por su alma, algo que aún no habían hecho, pero la voz de Paloma sonó en sus oídos. Marisa, Concha y Vicenta vieron al fantasma de Paloma…

-¡¿Paloma?!-dijeron las tres cotillas.


Vicenta en ese momento de desplomó en el suelo de un desmayo.


-Así es-dijo Paloma-, me he aparecido a vosotras porque necesito que hagáis algo por mí.


-¿El qué?-dijo Concha.


-Matar a la hierbas-dijo Paloma.


-¡¿Te has vuelto loca?!-dijo Marisa.


-¡O lo hacéis o me apareceré el resto de vuestra vida!-dijo Paloma-, aunque os quede muy poca. ¡Tiene que ser ésta noche!


En ese momento Paloma desapareció. Marisa y Concha no tenían más remedio: tenían que matar a Isabel.


La noche había caído sobre Desengaño 21. Mauri, Bea, Ana y Fernando estaban en el ayuntamiento intentando recuperar a Ezequiel.


Juan estaba encantado con el regreso de Natalia, pero sólo había regresado para decirles que se iba a vivir a Cuba con Yago.


En ese momento, Belén salió de casa y vio la puerta del 3ºA abierta. Cogió un cuchillo y entró.


-¡¡Ladrones!!-dijo Belén.


-¡Belén!-dijo Lucía-, soy yo.


-¡¿Luci?!-dijo Belén-, ¡has vuelto! ¿Y eso?


-Me aburría mucho-dijo Lucía-, quería volver.


-Yo no sé si irme porque no sé si quedarme con Emilio o irme con Alicia-dijo Belén.


-Escucha a tu corazón.


Mauri, Bea, Fernando y Ana habían conseguido de nuevo a Ezequiel. Los cuatro se despidieron y volvieron cada uno a su respectiva casa.


Belén fue al videoclub a hablar con Paco y le descubrió en la trastienda con Alicia follando.


-¡Ostias!-dijo Belén.


En ese momento, las supernenas entraban en la habitación de Isabel con un cuchillo para matarla.


Gracias a Isabel, decidieron no hacerlo. Belén había tomado una decisión: se quedaba con Emilio.



Los habitantes de Desengaño 21 comenzaban una nueva vida un día después del posible fin de un edificio… 

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